MENSAJE DE DIOS PARA EL ALMA DEL SACERDOTE
(...del cura, del pastor, del obispo, del vicario, del anciano, etc...)

“Deseo que los sacerdotes anuncien mi gran misericordia por las almas pecadoras; no tema el pecador de acercarse a mi. Aunque el alma fuese como un cadáver en putrefacción, si humanamente no hubiese solución, no es así para Dios. Las llamas de la misericordia me consumen, deseo infundirlas en las almas de los hombres.

Soy todo amor y misericordia. Un alma que confía en mi es feliz porque yo mismo cuido de ella.

Ningún pecador, aunque fuese un abismo de pecados, nunca agotará mi misericordia porque más se extrae y más se aumenta.

Soy más comprensivo con los pecadores que con los justos. Es por ellos que vine al mundo. Es por ellos que derramé toda mi sangre. No teman por lo tanto acercarse a mí. Diles a las almas, hija mía, que les doy como escudo mi infinita misericordia. Es por ellos que lucho, es por ellos que me enfrento al justo enojo de mi Padre. La fiesta de mi misericordia nació en mi corazón para consolar al mundo entero.

Hija mía, no desistas de anunciar mi misericordia, cuando lo haces das frescura a mi corazón envuelto en llamas de compasión por los pecadores. Dile a los sacerdotes que los pecadores endurecidos se arrepentirán ante sus palabras cuando hablen de mi inagotable misericordia, de la piedad que siento por ellos en mi corazón. A los sacerdotes que anuncien y celebren mi misericordia les daré gran ímpetu, ungiré sus palabras y yo mismo tocaré los corazones de aquellos a quienes hablarán.
Todo lo que existe se encuentra en las vísceras de mi misericordia aún más arraigado que un bebé en el seno de su madre. ¡Cuánto me lastima la falta de confianza en mi bondad!

Para castigar tengo toda la eternidad,; ahora en cambio extiendo para ellos el tiempo de la misericordia. De todas mis llagas, pero sobre todo de mi corazón, corren ríos de amor. Habla al mundo entero de mi misericordia.

Aunque sus pecados fueran negros como la noche, recurriendo a mi misericordia, el pecador me glorifica y rinde honras a mi pasión. En la hora de su muerte yo lo defenderé como si fuese mi misma gloria. Cuando un alma exalta mi bondad, tiembla Satanás frente a ella y huye hasta las profundidades del infierno.

Mi corazón sufre porque también las almas consagradas ignoran mi misericordia y me tratan con indiferencia.

¡Como me lastiman! Si no creen en mis palabras, crean al menos en mis llagas”.

                                                                        - Lina y Jesús
                                                                        (ó Elena en castellano, ahora Santa Faustina Kowalska)

Posdata: Esta vez el librito fue hecho como “por encargo”, en cuanto sea el pastor del Centro Cristiano -Guillermo Brancamonte-, como la colaboradora del grupo católico-carismático “Nueva Jerusalén” -Susana Strazza-, habían opinado que en lugar de profecías aterradoras tenía que hablar del Amor de Dios (=premio). Es mi opinión que si el Padre permite las profecías es para advertir y atemorizar a los hijos rebeldes “incorregibles”; de forma análoga que una mamá les dice: “si no terminas de portarte mal, cuando viene papá te pega! (=castigo), o ... “te quedarás encerrado en tu pieza sin ver la tele o jugar con la compu!” (=corrección).
Pero la estrella rusa se unirá con la media luna musulmana y el mundo estará bajo la amenaza nuclear, el efecto en la conciencias de millones de personas será como una Nueva Venida del Espíritu Santo, miedo y angustia abrirán finalmente el alma al Cielo, ”sólo el terror cosecha y convence más que cualquier profecía”, solamente una realidad así amenazante transformará, renovará los pensamientos. En este instante del extremo terror -por aquél que podrá acontecer en el mundo- el Consolador prometido operará. Se abren entonces dos perspectivas: divenir siervos y números de la Bestia o sus enemigos. He aquí que se verá el mundo cristiano dividirse. Y Jesús, que con su primera venida dio término a la Era de la Ley -Era del Padre- y dio comienzo a la Era de Gracia -Era del Hijo-, ahora con su regreso, o segunda venida, da el comienzo en este tercer milenio, u octavo desde Adán, a la Era del Amor -Era del Espíritu Santo-.
¡No seas necio y da la media vuelta!, hacé tu conversión de 180º, practica la Palabra para caminar hacia el Paraíso -o Edén reinstaurado en la tierra- mientras el mundo sigue corriendo hacia su fin, el estanque de fuego y azufre.
Hace 2000 años las tinieblas cubrieron la tierra por 3 horas (Lucas 23:44-45), Jesús había muerto en la cruz y por tres días parecía que no había esperanzas; pero él resucitó. Antes de su segunda venida (en el aire), nos advierte María Ssma., el mundo también estará sumergido en las tinieblas por tres días; más al cabo de este corto lapso de tiempo, llegará la Luz, llegará el Amor, ¡llegará Jesús!

¡ FELICES PASCUAS 2000 !