Deseo que los sacerdotes anuncien mi gran misericordia por las almas pecadoras; no tema el pecador de acercarse a mi. Aunque el alma fuese como un cadáver en putrefacción, si humanamente no hubiese solución, no es así para Dios. Las llamas de la misericordia me consumen, deseo infundirlas en las almas de los hombres.
Soy todo amor y misericordia. Un alma que confía en mi es feliz porque yo mismo cuido de ella.
Ningún pecador, aunque fuese un abismo de pecados, nunca agotará mi misericordia porque más se extrae y más se aumenta.
Soy más comprensivo con los pecadores que con los justos. Es por ellos que vine al mundo. Es por ellos que derramé toda mi sangre. No teman por lo tanto acercarse a mí. Diles a las almas, hija mía, que les doy como escudo mi infinita misericordia. Es por ellos que lucho, es por ellos que me enfrento al justo enojo de mi Padre. La fiesta de mi misericordia nació en mi corazón para consolar al mundo entero.
Hija mía, no desistas de
anunciar mi misericordia, cuando lo haces das frescura a mi corazón envuelto
en llamas de compasión por los pecadores. Dile a los sacerdotes que los
pecadores endurecidos se arrepentirán ante sus palabras cuando hablen
de mi inagotable misericordia, de la piedad que siento por ellos en mi corazón.
A los sacerdotes que anuncien y celebren mi misericordia les daré gran
ímpetu, ungiré sus palabras y yo mismo tocaré los corazones
de aquellos a quienes hablarán.
Todo lo que existe se encuentra en las vísceras de mi misericordia aún
más arraigado que un bebé en el seno de su madre. ¡Cuánto
me lastima la falta de confianza en mi bondad!
Para castigar tengo toda la eternidad,; ahora en cambio extiendo para ellos el tiempo de la misericordia. De todas mis llagas, pero sobre todo de mi corazón, corren ríos de amor. Habla al mundo entero de mi misericordia.
Aunque sus pecados fueran negros como la noche, recurriendo a mi misericordia, el pecador me glorifica y rinde honras a mi pasión. En la hora de su muerte yo lo defenderé como si fuese mi misma gloria. Cuando un alma exalta mi bondad, tiembla Satanás frente a ella y huye hasta las profundidades del infierno.
Mi corazón sufre porque también las almas consagradas ignoran mi misericordia y me tratan con indiferencia.
¡Como me lastiman! Si no creen en mis palabras, crean al menos en mis llagas.
- Lina y Jesús
(ó Elena en castellano, ahora Santa Faustina Kowalska)
Posdata: Esta vez el librito fue hecho
como por encargo, en cuanto sea el pastor del Centro Cristiano
-Guillermo Brancamonte-, como la colaboradora del grupo católico-carismático
Nueva Jerusalén -Susana Strazza-, habían opinado
que en lugar de profecías aterradoras tenía que hablar del
Amor de Dios (=premio). Es mi opinión que si el Padre permite las
profecías es para advertir y atemorizar a los hijos rebeldes incorregibles;
de forma análoga que una mamá les dice: si no terminas
de portarte mal, cuando viene papá te pega! (=castigo), o ... te
quedarás encerrado en tu pieza sin ver la tele o jugar con la compu!
(=corrección). ¡ FELICES PASCUAS 2000 !
|