|
||||||||
Introducción. |
Credo, Padre Nuestro, 3 Ave María (por la fe, la esperanza, la caridad), Gloria. |
o bien |
||||||||||||||||||||||||||||||
Dios mío, ven en mi auxilio. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria. |
||||||||||||||||||||||||||||||
Pausa de reflexión: El juicio final no se basará en la cantidad de nuestras comuniones, de nuestras misas dominicales, de nuestras prácticas religiosas, sino en nuestra conducta para con los hermanos. No seremos interrogados sobre lo que hemos hecho frente a Dios, sino sobre lo que hemos hecho frente a los demás. Padre Nuestro, 10 Ave María (meditando el misterio), Gloria. Oh Jesús mío, perdona nuestros pecados, líbranos del fuego del infierno, lleva al cielo a todas las almas, y socorre especialmente las que somos más necesitadas de tu Misericordia.
Pausa de reflexión: Cuando somos capaces de unirnos y ser uno solo en Cristo, entonces verdaderamente estamos viviendo nuestra conversión. Dicen que en la unión esta la fuerza, pero yo les digo que en la unión esta la verdad. Cuando somos capaces de unirnos y ser uno solo en Cristo, entonces verdaderamente estamos viviendo nuestra conversión. Cuando mis manos se convierten en el soporte del otro que no lo deja caer y nos convertimos en protectores de los demás, entonces estamos haciendo la voluntad de Dios.
Padre Nuestro, 10 Ave María (meditando el misterio), Gloria. Oh Jesús mío, perdona nuestros pecados, líbranos del fuego del infierno, lleva al cielo a todas las almas, y socorre especialmente a las que somos más necesitadas de tu Misericordia.
Pausa de reflexión: Quizá la nota más característica de la vida de los primeros cristianos era cómo sabían quererse entre sí. Esta será la señal por la que serán reconocidos por los paganos. Procuraban llevar a la práctica el mandato de Jesús “amaos unos a los otros como Yo os he amado”: ésta es la herencia que nos han dejado, y la que nosotros deberemos trasmitir a los que vengan después. No se trata de filantropía o de humanitarismo sin más: están dispuestos –como dice Tertuliano- a dar la vida por los demás. Padre Nuestro, 10 Ave María (meditando el misterio), Gloria. Oh Jesús mío, perdona nuestros pecados, líbranos del fuego del infierno, lleva al cielo a todas las almas, y socorre especialmente las que somos más necesitadas de tu Misericordia.
Pausa de reflexión: Tomamos ejemplo de la alegría, la sencillez de corazón, caridad y comunión que hay entre los frailes franciscanos (o las clarisas), y de quien Jesucristo levantó como San Francisco de Asís, para avivar el Amor y la comunión en un momento oscuro de la Iglesia; el cual escuchó al Señor decirle: “Francisco, ve y repara mi iglesia, ¿no ves que amenaza ruina?”. Padre Nuestro, 10 Ave María (meditando el misterio), Gloria. Oh Jesús mío, perdona nuestros pecados, líbranos del fuego del infierno, lleva al cielo a todas las almas, y socorre especialmente aquellas que somos más necesitadas de tu Misericordia.
Pausa de reflexión: Quienes vivimos en la fe, quienes creemos que Jesús es el hijo del Dios viviente, olvidamos frecuentemente qué fue lo que motivó a Dios Padre a entregar a su hijo para reconciliar al hombre con Él, así como olvidamos también lo que motivó a Jesucristo a dar su vida por nosotros. Repito, se nos olvida. Oh Jesús mío, perdona nuestros pecados, líbranos del fuego del infierno, lleva al cielo a todas las almas, y socorre especialmente las que somos más necesitadas de tu Misericordia. Padre Nuestro, Ave María, Gloria por las intenciones del Papa. Salve. En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén. - Soli Deo honor et gloria.
![]()
|
|
|||||||
Introducción. |
Credo, Padre Nuestro, 3 Ave María (por la fe, la esperanza, la caridad), Gloria. |
o bien |
||||||||||||||||||||
Dios mío, ven en mi auxilio. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria. |
||||||||||||||||||||
Breve pausa de reflexión: «El comienzo de la vida pública de Jesús es su bautismo por Juan en el Jordán. Juan proclamaba "un bautismo de conversión para el perdón de los pecados" (Lucas 3,3)» (CIC, 535). «Todos los hombres están llamados a entrar en el Reino. Anunciado en primer lugar a los hijos de Israel, este reino mesiánico está destinado a acoger a los hombres de todas las naciones» (CIC, 543). Padre Nuestro, 10 Ave María (meditando el misterio), Gloria. Oh Jesús mío, perdona nuestros pecados, líbranos del fuego del infierno, lleva al cielo a todas las almas, y socorre especialmente las que somos más necesitadas de tu Misericordia.
Breve pausa de reflexión: En el umbral de su vida pública, Jesús realiza su primer signo -a petición de su Madre- con ocasión de un banquete de boda. La Iglesia concede una gran importancia a la presencia de Jesús en las bodas de Caná. Ve en ella la confirmación de la bondad del matrimonio y el anuncio de que en adelante el matrimonio será un signo eficaz de la presencia de Cristo» (CIC, 1.613). Padre Nuestro, 10 Ave María (meditando el misterio), Gloria. Oh Jesús mío, perdona nuestros pecados, líbranos del fuego del infierno, lleva al cielo a todas las almas, y socorre especialmente a las que somos más necesitadas de tu Misericordia.
Breve pausa de reflexión: Al transfigurarse delante de los tres Apóstoles, Jesús fortaleció nuestra esperanza sobre la vida eterna, animándonos a soportar bien los sufrimientos y pruebas de esta vida. Cuando nosotros sabemos la gloria que nos aguarda, tenemos más paciencia en medio de las tribulaciones. ¡Con este fulgor será nuestra resurrección en el día del juicio! Por este misterio, pidamos la intercesión de la Santísima Virgen para obtener la gracia de nunca perder la convicción de la gloria que está reservada a los que perseveren, a fin de que jamás nos desanimemos a lo largo de nuestra existencia. Padre Nuestro, 10 Ave María (meditando el misterio), Gloria. Oh Jesús mío, perdona nuestros pecados, líbranos del fuego del infierno, lleva al cielo a todas las almas, y socorre especialmente las que somos más necesitadas de tu Misericordia.
Breve pausa de reflexión: ¿Qué más podría habernos dado Jesús? Se hizo comida y bebida para que eternamente podamos participar de su propia vida. Descendió desde lo más alto de los cielos, asumiendo la sustancia del pan y del vino para elevarnos al convivio de Dios. Al comulgar, nosotros nos asemejamos a María por algunos momentos, poseyendo el Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad de Jesús en nuestras entrañas. Padre Nuestro, 10 Ave María (meditando el misterio), Gloria. Oh Jesús mío, perdona nuestros pecados, líbranos del fuego del infierno, lleva al cielo a todas las almas, y soccorre especialmente aquellas que somos más necesitadas de tu Misericordia.
Breve pausa de reflexión: Cómo en un relámpago, en un abrir y cerrar de ojos, Jesucristo vendrá para el Rapto de la Novia –la Iglesia– y las Bodas del Cordero de Dios. Mientras que el mundo entrará en la Gran Tribulación, la cual concluirá con el Armagedón –la batalla de Dios Todopoderoso– y la Parusía; la segunda venida del Mesías en Majestad y Gloria, para reinar por mil años, bajo cielos nuevos y sobre tierra nueva, y el mar no existirá más (Apocalipsis 20,4-6 + Apocalipsis 21,1). Padre Nuestro, 10 Ave María (meditando el misterio), Gloria.Oh Jesús mío, perdona nuestros pecados, líbranos del fuego del infierno, lleva al cielo a todas las almas, y socorre especialmente las que somos más necesitadas de tu Misericordia. Padre Nuestro, Ave María, Gloria por las intenciones del Papa. Salve. En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén. Nota: El tema del Rapto se engloba dentro del debate doctrinal
del Magisterio que, para resumirlo brevemente, consiste en la
discrepancia entre dos visiones respecto a la Escatología
general. La primera, conocida como “milenarismo patrístico”
o simplemente escuela “milenista”, sostiene que Jesucristo
volverá, como hemos expuesto, en una Parusía intermedia, al
final de la Gran Tribulación, para juzgar a las naciones e
instaurar su Reino en el mundo. Según San Juan, ese Reino
durará “mil años” (Apocalipsis 20,2-3), de donde recibe el nombre de
reino “milenario”, pudiendo ser mil años físicos (lo más
probable) o, metafóricamente hablando, un “periodo largo”.
Hasta después de ese largo reinado de Cristo en el mundo,
descrito de forma admirable por Isaías, entonces sí vendrá el
fin del mundo y el Juicio Universal.
La segunda escuela escatológica, denominada
“antimilenista”, sostiene que no habrá una venida intermedia
de Jesucristo ni Reino medianero, sino que la Parusía se dará
hasta el fin del mundo, en coincidencia con el Juicio
Universal.
La primera opinión teológica la sostuvieron todos los
Padres de la Iglesia de los primeros cuatro siglos del
cristianismo, destacando sobre todo San Ireneo mártir, San
Justino mártir, San Policarpo mártir, San Cipriano mártir,
San Papías mártir, San Melitón obispo de Sardes, San
Victorino mártir, San Metodio mártir y San Teófilo obispo de
Antioquía. Incluso el San Agustín joven sostuvo el
milenismo, solo que posteriormente cambió al tener que
combatir a un hereje contemporáneo suyo, Cerinto,
sobresaliente líder de una secta gnóstica, quien planteó el
Reino de Cristo sobre la tierra como de bienestar material, de
festejo, comilonas, poder político y riquezas. San Agustín le
hizo frente en su libro “La Ciudad de Dios”. El problema es
que, para combatir esa idea, Agustín espiritualizó tan exageradamente el Reino (siguiendo al hereje Ticonio), que
acabó confundiendo el Reino con el cielo, y la segunda
venida de Cristo con el Juicio Universal. A la doctrina de
Cerinto se le conoce como milenarismo “craso” o “carnal”,
por el materialismo que entraña (ver “La Iglesia Patrística y
la Parusía”, de los Padres Leonardo Castellani y Florentino
Alcañiz , Ed. Paulinas, Buenos Aires, 1976). Escribe en el libro "El Rapto de los Fieles a la luz del Magisterio y de la Tradición", el teólogo Lic. José Alberto Villasana Munguía.
|
El 10 de mayo de 1953 la Virgen dijo: “¡ÉSTA ORACIÓN SALVARÁ EL MUNDO!”
|
||||||||
Introduzione. |
Credo, Padre Nostro, 3 Ave Maria (per la fede, la speranza, la carità), Gloria. |
oppure |
||||||||||||||||||||||||||||||
Dio mio, vieni in mio aiuto. Signore, non tardare in aiutarmi. Gloria.
|
||||||||||||||||||||||||||||||
Pausa di riflessione : Il giudizio finale non si baserà nella quantità delle nostre comunioni, delle nostre messe domenicali, delle nostre pratiche religiose, sennò nella nostra condotta verso i nostri fratelli. Non saremo interrogati su ciò che abbiamo fatto davanti a Dio, ma su ciò che abbiamo fatto di fronte agli altri. Padre Nostro, 10 Ave Maria (meditando il mistero), Gloria. Oh Gesù mio, perdona i nostri peccati, liberaci del fuoco dell'inferno, porta al cielo tutte le anime e soccorre specialmente quelle che siamo più bisognose della tua Misericordia.
Pausa di riflessione: Quando siamo capaci di unirci e di essere uno in Cristo, viviamo veramente la nostra conversione. Dicono che nell'unione c'è forza, ma io ti dico che nell'unione c'è la verità. Quando siamo capaci di unirci e di essere uno in Cristo, viviamo veramente la nostra conversione. Quando le mie mani diventano il supporto dell'altro che non lo lascia cadere e diventiamo protettori degli altri, allora stiamo facendo la volontà di Dio. Padre Nostro, 10 Ave Maria (meditando il mistero), Gloria. Oh! Gesù mio, perdona i nostri peccati, liberaci del fuoco dell'inferno, porta al cielo tutte le anime e soccorre specialmente quelle che siamo più bisognose della tua Misericordia.
Pausa di riflessione: Forse la nota più caratteristica della vita dei primi cristiani era il modo in cui sapevano amarsi. Questi sarà il segnale con il quale saranno riconosciuti dai pagani. Cercavano di mettere in pratica il mandamento di Gesù "amatevi gli uni gli altri come io vi ho amato": questa è l'eredità che ci hanno lasciato e che dobbiamo trasmettere a coloro che verranno dopo. Non si tratta di filantropia o umanitarismo senza altro: sono disposti –come dice Tertulliano- a dare la vita per gli altri. Padre Nostro, 10 Ave Maria (meditando il mistero), Gloria. Oh! Gesù mio, perdona i nostri peccati, liberaci del fuoco dell'inferno, porta al cielo tutte le anime e soccorre specialmente quelle che siamo più bisognose della tua Misericordiaa.
Pausa di riflessione: Prendiamo esempio dalll'allegria, dalla semplicità del cuore, dalla carità e dalla comunione che c'è fra i frati francescani (o le clarisse), e da chi Gesù Cristo chiamò come San Francesco d'Assisi, per ravvivare l'Amore e la comunione in un momento oscuro della Chiesa; il quale udì il Signore dirgli: "FRANCESCO, VA' E RIPARA LA MIA CHIESA CHE, COME VEDI, VA TUTTA IN ROVINA". Padre Nostro, 10 Ave Maria (meditando il mistero), Gloria. Oh! Gesù mio, perdona i nostri peccati, liberaci del fuoco dell'inferno, porta al cielo tutte le anime e soccorre specialmente quelle che siamo più bisognose della tua Misericordia.
Pausa di riflessione: Quelli di noi che vivono nella fede, che credono che Gesù sia il figlio del Dio vivente, spesso dimentichiamo ciò che ha motivato Dio Padre a dare a suo figlio per la riconciliazione dell'uomo con Lui, così come dimentichiamo anche ciò che ha motivato Gesù Cristo a dare La tua vita per noi. Ripeto, ci dimentichiamo. Padre Nostro, 10 Ave Maria (meditando il mistero), Gloria. Oh! Gesù mio, perdona i nostri peccati, liberaci del fuoco dell'inferno, porta al cielo tutte le anime e soccorre specialmente quelle che siamo più bisognose della tua Misericordia. Padre Nostro, Ave María, Gloria per le intenzioni del Papa. Salve. Nel nome del Padre, del Figlio e dello Spirito Santo. Amen. - Soli Deo honor et gloria.
|