Una petición
urgente para la Iglesia: El 3 de Julio de 1987 Nuestra Señora
transmitió un mensaje urgente a los sacerdotes por medio del Padre
Esteban Gobbi, fundador del Movimiento Mariano Sacerdotal (M.S.M.),
cuando los Directores Nacionales de este Movimiento se hallaban
reunidos en San Marino para su Retiro anual en forma de Cenáculo.
Parte central del mensaje:
"Estos son mis tiempos, los tiempos del gran retorno. Estos
son los tiempos del gran castigo. La copa de la divina justicia
está llena, más llena, está desbordándose. La iniquidad cubre toda
la tierra. La Iglesia, por decir así, está oscurecida por la
difusión de la apostasía y del pecado. El Señor, para el triunfo
de su misericordia, debe ya desde ahora purificarnos con fuerte
acción de justicia y de amor. Las horas más dolorosas y
sangrientas están en preparación para vosotros. Estos tiempos
están más cerca de lo que pensáis. Ya en este mismo año tendrán
lugar algunos grandes acontecimientos, referentes a lo que Yo
predije en Fátima y he dicho, bajo secreto, a los niños, a quienes
aún sigo apareciéndome en Medyugorie.
Por lo tanto, traed a todos mis hijos al refugio de mi
Corazón Inmaculado. Llamadlos. Tomádlos de la mano. No olvidéis a
ninguno. Amados hijos, buscad en vuestros caminos a los
que están alejados, a los pequeños, a los pobres, a los
abandonados, a los perseguidos, a los pecadores, a los adictos a
las drogas, a los que son víctimas del reinado de Satanás. Quiero
salvar a todos mis hijos. Tengo necesidad de vosotros.
En el tiempo del castigo, ellos deben ser protegidos y
defendidos. ¿Por qué no queréis escuchar mi voz que os implora que
vayáis a todas partes a recoger a los más débiles, a los más
pequeños, a los más frágiles, a los que sufren, a los más alejados
y perdidos? ¡Traédlos a todos, a todos! ¡Los quiero a todos en el
refugio seguro de mi Corazón Inmaculado!...
Estos son mis tiempos, los tiempos del gran retorno. Sí,
después del tiempo del gran sufrimiento, vendrá el tiempo del
gran renacimiento. Y todos retornarán. La humanidad será un
nuevo jardín de vida y de belleza. La Igle-sia una familia. ¡Oh
sí! ¡IIuminada por la verdad, alimentada por la gracia, consolada
por la presencia del Espíritu!.
Jesús restaurará su glorioso Reino. El morará con vosotros.
Vosotros conoceréis los nuevos tiempos, la nueva era. Vosotros
veréis una nueva tierra y nuevos cielos.
Estos son mis tiempos porque son los tiempos de la gran
misericordia. El Padre arde en ansias y se estremece en su anhelo
de derramar sobre esta pobre humanidad los torrentes de su
infinito amor. El Padre quiere como moldear con sus manos una
nueva creación donde su imagen, por decirlo así, será más visible,
más acogida, más aceptada, y su paternidad más exaltada y
glorificada. El aire y la respiración de la nueva creación serán
como el aliento de amor del Padre que reinará sobre todos
vosotros, difundiendo cada vez en mayor medida la plenitud que
brota de una fuente viva e inagotable.
¡Y Jesús reinará! Jesús para quien todo ha sido creado.
Jesús que se encarnó, que se hizo vuestro hermano, que vivió con
vosotros, que sufrió en la Cruz para hacer de la humanidad una
nueva creación por medio de la redención, de modo que su reino,
arraigándose en los corazones, se fuera extendiendo a las almas, a
los individuos, a las familias, a la sociedad.
Jesús, que os enseñó la oración, la oración diaria, para
implorar la venida de su reino a la tierra, verá por fin realizada
la súplica de su oración. El reinará. El restaurará su reino y
esta creación volverá a El como un jardín donde Cristo será
glorificado, donde su realeza será acogida y exaltada. Este será
un reino universal de gracia, de belleza, de armonía, de comunión,
de santidad, de justicia y de paz.
La gran misericordia vendrá a vosotros como un fuego abrasador
de amor y será traído por el Espíritu de Amor que se os da por el
Padre y el Hijo de modo que el Padre vea pronto glorificado en una
nueva creación al Señor Jesús, ¡que vendrá a restaurar su Reino y
a ser amado por sus hermanos!
"El Espíritu Santo - ¡Sí! - bajará como un fuego,
pero de un modo diferente del Primer Pentecostés. Será un
fuego que quema y limpia, transforma y santifica, que renueva la
tierra desde sus mismos fundamentos, que abre los corazones a una
realidad de vida y lleva a las almas a la plenitud de santidad que
es más perfecta que ninguna de las que habéis conocido hasta
ahora. Y el Espíritu será glorificado a conducirnos a un amor más
grande al Padre y al Hijo. En esto será El glorificado."
Ssma. María (año 1987)
Concluímos con dos pasajes alentadores, que siguen a aquél de 1917
durante la primera guerra mundial, son los de Kerizinen-Bretaña,
durante y después de la segunda guerra mundial, y de Medyugorie-Bosnia,
ahora antes de la tercera guerra mundial (Años 2000-2006; por
cuanto está codificado, según los ordenadores informáticos, en el
texto hebrero original del Antiguo Testamento) y segunda venida de
Cristo; con los cuales la dulce María se despide:
"Pronto, cuando los historiadores indaguen cuál ha sido el
acontecimiento que ha cambiado la faz del mundo, y les ha traído
la paz y la prosperidad, descubrirán que no ha sido una batalla,
sino una plegaria. Este será el mayor acontecimiento religioso de
la Historia Moderna. No olvidéis que las horas graves y
desesperadas son las horas de Dios..."
Ssma. María (años 1938-1965)
"Orad sin deteneros..., incitáos continuamente
a la oración..., que vuestra oración sea la oración del corazón... Orad para
que Jesús triunfe... me habéis ayudado con vuestras oraciones en la
realización de mis planes (...). Sin vosotros el Señor no puede realizar todo
aquello que pretende... Cuando oráis, sois mucho más bellos, como flores que
después de la nieve dejan ver toda su belleza y cuyos colores son indescriptibles.
Así, hijos amados, también vosotros después de la oración desplegáis mejor ante
Dios todo aquello que le gusta por su belleza. Por ello, hijos amados, orad
y abrid vuestro interior al Señor para que haga de vosotros unas flores
armónicas y bellas, dignas del Paraíso."
Ssma. María (años 1981-1999...
Quien redactó este tratado nació a la
tardecita mientras las campanas de la iglesia tocaban el Ave
María, de su madre Nives (María de Las Nieves), fue traído
aquí por una profecía firmada Nôtre Dame (Nuestra Señora de
París), vino a la Argentina (el país de María) y está aquí
...a upa... en La Falda (de Nuestra Señora del Carmen). ¡¿Cómo
no les iba a hablar de María?!
¡ B E N D I C
I O N E S !
|
|